miércoles, 27 de marzo de 2024

III. EL PERÚ FRENTE A LOS RETOS DE LA GLOBALIZACIÓN: UNA APROXIMACIÓN DESDE LA GEOGRAFÍA

 Miércoles, 27 de marzo de 2024

I. INTRODUCCIÓN

Nunca como antes en la historia de la humanidad, los grandes logros tecnológicos alcanzados a lo largo del siglo XX y estas dos décadas corridas del siglo XXI, han llevado a desencadenar un conjunto de transformaciones políticas, sociales y económicas de tal magnitud e importancia, que están ocasionando la modificación de aspectos sustantivos de la vida en sociedad, del tipo de relaciones entre Estados, de ciertos conceptos que el común de las gentes creía inamovibles… En una palabra, estos cambios están llevando a replantear el futuro mismo de la humanidad y el del planeta Tierra como morada del género humano.

Frente a estos procesos y fenómenos, agrupados bajo la denominación de globalización (o mundialización), la Geografía, como ciencia que estudia el  quehacer humano  en estrecha relación con el contexto espacial en el que las sociedades desarrollan sus iniciativas, no permanece ajena. Todo lo contrario. Sin duda, es una de las ramas del conocimiento más tocada por estas transformaciones que, entre otros desencadenamientos, se traducen en la multiplicación exponencial de los flujos de información; en el crecimiento acelerado del comercio y del turismo mundial; en la atenuación del papel de los Estados como promotores de procesos económicos y particularmente en lo que hace a la asignación de  recursos de inversión; en la poca trascendencia actual de las antes tan ponderadas “ventajas comparativas” de países y regiones; en la aparición de empresas desnacionalizadas y con una pertenencia más bien global; en la prioridad e importancia de los bloques de integración económica y asociación comercial; en suma, en la total atenuación de la importancia de la dimensión espacio-temporal como soporte del sistema de relaciones sociales, políticas y económicas, mientras que los conocimientos y la velocidad para asimilarlos, adaptarlos y llevarlos a aplicaciones prácticas, constituyen el vector y la medida del progreso y de los nuevos cambios que se suceden a velocidades vertiginosas.

En ese contexto, el presente ensayo pretende estimular una reflexión colectiva respecto a estos temas vitales, a los cuales nos aproximaremos, por consideraciones metodológicas, en sus tres  grandes componentes:  primero, los cambios introducidos por la revolución tecnológica; luego, la creciente transnacionalización del capital; y, por último, los cambios políticos ocurridos en el escenario internacional durante los últimos años. A continuación, revisaremos cuáles son las consecuencias, en conjunto, de estos grandes cambios para el mundo y, finalmente, qué enseñanzas aportan para nuestro país y para su mejor inserción –dentro de una óptica geográfica- en un planeta globalizado. 

II.            LA REVOLUCIÓN TECNOLÓGICA

En Geografía existen varios temas principales que concentran la atención de los trabajos de los geógrafos: la diferenciación espacial; el paisaje (en el sentido de la apariencia directamente perceptible del espacio); las relaciones hombre-medio ambiente; la distribución en el espacio de hechos  o fenómenos que repercuten en la vida cotidiana de las sociedades; y, el tema de las proporciones geométricas de los fenómenos espaciales, que encuentra una de sus expresiones en el mapa. Todos ellos, a no dudarlo, han sido afectados en sus alcances y connotaciones por los desarrollos tecnológicos recientes, particularmente los ocurridos en los campos de los transportes, las comunicaciones y la informática, y lo seguirán siendo a través del desarrollo de la robótica y la inteligencia artificial. Así, la distancia, dato esencial para el estudio del espacio geográfico, entendido como la parte de la superficie terrestre (tierra, mar y aire) accesible y utilizada por la humanidad para su existencia y desarrollo, ha sufrido un vuelco radical en su significado contemporáneo: a la luz de los logros tecnológicos de las últimas décadas, de la eliminación de barreras para vencerla, su expresión en unidades de medida de longitud va perdiendo significación y debemos preguntarnos si no corresponderá, más bien, expresarla en tiempo de recorrido de la información contenida en audio, imágenes, información textual[1] y también en tiempos demandados para transportar personas y bienes (o mercancías) de un punto a otro de la superficie terrestre.

 1.    La revolución de los transportes.

Puede ensayarse una revisión de la revolución tecnológica de los transportes analizando brevemente el caso específico de cada modo de transporte: de superficie, acuático y aéreo.

En cuanto al transporte de superficie, un hito significativo es el ya remoto  invento del ferrocarril que, desde mediados del siglo XIX se adueñó del transporte continental, permitiendo la multiplicación de los volúmenes transportados y la drástica disminución de los tiempos de desplazamiento. Estrictamente hablando, el salto tecnológico que representa el ferrocarril es abismal porque, en la práctica, reemplaza a la carreta o a la caravana de acémilas, sin el empleo de medios de transporte intermedios. Su impacto fue tan determinante, que puede decirse que en el centro y occidente europeo, junto con la red de canales interiores navegables desarrollados desde inicios de la Revolución Industrial, contribuyó a explicar el temprano dinamismo del comercio entre países y sentó las bases para el desarrollo de los procesos de integración económica y su ulterior evolución hacia la integración política, proceso hoy en día representado por la exitosa Unión Europea.

El ferrocarril también está en la base de la construcción de las grandes potencias económicas mundiales: los Estados Unidos, por ejemplo, no fueron propiamente una potencia mundial ni dejaron de ser, en lo cultural, una extensión de Gran Bretaña en el Nuevo Mundo, mientras no lograron articular las dos fachadas oceánicas (Atlántico y Pacífico – la Conquista del Lejano Oeste), de manera que la apertura de nuevos espacios a la colonización y la producción –hecho que fue posibilitado gracias a la expansión del ferrocarril durante la segunda mitad del siglo XIX- se encuentra en la base de su proyección como potencia mundial.

Pero el ferrocarril, aún hablando de los trenes a gran velocidad (train grand vitesse – TGV en francés) desarrollados en décadas recientes y que avanzan a una velocidad de crucero de 320 km/h, ha quedado chico comparado con el hiperloop, Este último se trata de trenes que circulan en tubos de acero al vacío (o, en todo caso, con muy baja presión atmosférica) y sobre cojinetes magnéticos, eliminando todo obstáculo a la altísima velocidad. Las pruebas a escala realizadas el año 2016 demostraron que en la ruta Los Angeles – San Francisco, Estados Unidos, el sistema Hyperloop propulsaría a los pasajeros a lo largo de la ruta de 560 kilómetros a una velocidad de 1.200 km/h, en 35 minutos, que es considerablemente más rápido que los tiempos actuales de viajes en tren o avión. Sin embargo, no existe aún ninguna referencia que indique que el sistema Hyperloop es realmente viable, ya que todas las pruebas se han hecho a escala o en tramos de muy corta distancia.

En cuanto a la carretera, que también constituye un modo de transporte de superficie, su impacto, por lo menos inicial desde comienzos del siglo XX, fue más social que económico, porque la llegada de un medio de transporte ligero representado por el  automóvil o el camión, básicamente contribuyó a romper el aislamiento y a “revolucionar las expectativas” en comunidades que en función de las distancias se encontraban en el pasado muchas veces virtualmente aisladas del mundo exterior. Lo interesante del transporte por carretera, en estos tiempos, está en observar si la revolución tecnológica hace económicamente viable desechar el consumo de combustibles fósiles (gasolina, diesel, GLP) y reemplazarlos por el vehículo eléctrico, cuya fuente de energía son las baterías de litio, y, más aún, si en algún momento estas fuentes de energía pueden ser reemplazadas por el hidrógeno, de una manera más económica que la gasolina o la electricidad.

El transporte acuático, del mismo modo, ha sido objeto de impresionantes desarrollos a lo largo del siglo XX. En lo que hace al transporte marítimo, por ejemplo, hacia fines del siglo XIX, los barcos petroleros de mayor dimensión desplazaban hasta 9,000 toneladas métricas, capacidad que ha sido incrementada en la actualidad por más de sesenta veces. En efecto, los barcos petroleros de última generación pueden desplazar hoy en día hasta 600,000 TM, de manera que el transporte de crudo no sólo se ha masificado sino que plantea también otro tipo de requerimientos para el proceso de embarque-desembarque: en la práctica, no hay puerto con el calado suficiente como para poder recibir este tipo de naves, por lo que dicho proceso debe efectuarse mediante sistemas de plataformas y tuberías submarinas, de modo que se trata de barcos que, en la práctica, nunca acoderan al muelle de un puerto. En cuanto a barcos de carga general, los navíos de última generación desplazan hasta 80,000 TM y están diseñados para la carga a granel o contenerizada, mediante el empleo de procesos automatizados que reducen drásticamente el empleo de mano de obra; la tripulación de estas enormes embarcaciones muchas veces apenas supera la decena de hombres. Para la carga unitarizada, los barcos de la clase SuperPostPanamax, son capaces de transportar hasta 18,000 e incluso 22,000 TEU (twenty-foot equivalent unit). Si en algo resultan evidentes las economías de escala es en el transporte por agua que, aunque lento, es el modo de transporte más económico; de ahí la necesidad de reducir los costos de transporte para lo cual se ha recurrido a naves de tamaños cada vez mayores, con mayor razón si se tiene en cuenta que los puertos movilizan un 90% del comercio exterior mundial. En la actualidad los terminales marítimos son los primeros proveedores de servicios para el comercio, de ahí que las inversiones en puertos, sean claves para afianzar la competitividad comercial global de un país o una región.

Y, en cuanto al transporte fluvial, que resulta indispensable para el Perú en la perspectiva de integrar la región amazónica al resto del país, también ya existen soluciones tecnológicas adecuadas. Por ejemplo, los modernos barcos WIG-TAF, para el transporte de pasajeros, con velocidades comerciales entre 100 y 200 km/h, capacidad de 20 pasajeros, tipo de naves seguras en los problemas puntuales de bajo calado y obstáculos flotantes. Asimismo, el modelo TAF Carga de 120 TM para los buques de carga; los TAF-3/8 para ambulancias y barcos– taller. En estas embarcaciones se pueden recorrer grandes o cortas distancias, con absoluta seguridad, de forma económica, rápida, y cómoda. Este tipo de barcos, navegan (sobrevuelan) igual en aguas calmas, que en aguas turbulentas; en zonas de bajo calado; con bancos de arena; con vegetación acuática; con objetos flotantes; aguas contaminadas; sobre arena húmeda o seca, y en general sobre cualquier superficie uniforme. En consecuencia, no quedarían puntos sobre las riberas de los ríos principales y afluentes en el sector amazónico de nuestro territorio, poblado por colonos ribereños o comunidades nativas, incomunicados, carentes de apoyo de tipo asistencial, pero también en condiciones de llevar sus productos a los mercados o a los centros de acopio.

 


 BARCO TRIPLE E, CIRCUNDA LOS OCEÁNOS DESDE MEDIADOS DE 2013.- TIENE 400 M DE ESLORA Y 18.000 TEU DE CAPACIDAD DE CARGA

 

El transporte aéreo, finalmente, es el que más vertiginoso desarrollo ha tenido durante el siglo XX. Inexistente a inicio de esa centuria, ha logrado, sin embargo, transformar en pocas décadas el obstáculo de las largas distancias para el transporte de pasajeros, haciéndolo, además, con gran comodidad y en reducido tiempo. En cambio, para el transporte de mercancías sus límites vienen dados por su reducida capacidad de carga y su alto costo de operación, por lo que mayormente es utilizado para el transporte de productos de alto valor o componente tecnológico, o aquellos cuya perecibilidad justifica el pago de elevados fletes.

 Consecuencias

Las principales consecuencias para el mundo de la revolución de los transportes, son las siguientes:

En la actualidad hay múltiples opciones para transportar personas y mercancías, todas muy seguras y eficientes en la medida en que optimicen las dos relaciones básicas de toda operación de transporte: distancia-tiempo y peso-precio. A diferencia de épocas anteriores, cuando predominaban los espacios acondicionados por la “sociedad tradicional” donde la velocidad de circulación era la misma para todas las personas (para el pobre o para el rico, para el que tenía apuro o para el que no lo tenía) y para todos los productos, y estaba representada por las posibilidades físicas de un hombre a pie o la de un animal de carga, en la actualidad las formas y opciones de transporte son de lo más variadas.

En el contexto de lo expresado en el punto precedente, las distancias, enunciadas en tiempo de recorrido, se han acortado extraordinariamente; prácticamente no existen como barrera al transporte. En sentido práctico, el mundo se ha vuelto más pequeño.

En pocas décadas, la capacidad de transporte de mercancías se ha multiplicado varias veces en todos los modos de transporte a la vez que se ha hecho cada vez más económica. Al disminuir los fletes, el comercio ha encontrado en el transporte un factor vital de apoyo para su crecimiento.

2.    La revolución de las comunicaciones. Del telégrafo a la computadora y el teléfono inteligente: la comunicación global.

Hablar de la revolución de las comunicaciones significa aludir al progreso de todos los medios que permiten transmitir información (datos, palabras y sonido, imágenes) de manera cada vez más eficiente y a costo decreciente.

Esta revolución se inicia en 1862, con la invención del telégrafo, que mediante señales eléctricas codificadas, transmitidas utilizando cables de cobre y postes, permitía llevar mensajes textuales de un lugar a otro. Pese a lo primitivo que actualmente puede parecernos el telégrafo como medio de comunicación, en su momento fue un hito tecnológico, sobre todo si consideramos que el medio que le antecedía era el mensaje escrito asociado al medio de transporte (el barco, el ferrocarril, o la caravana de arrieros). En el Perú, con las dificultades que plantea la topografía para la circulación, el telégrafo cumplió un papel destacado, no tanto para atender demandas de la población o de la actividad económica -por lo menos inicialmente-, sino para el ejercicio del control territorial por parte de los organismos de gobierno. Así, hacia fines del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX, era frecuente que las autoridades políticas del gobierno central instruyeran a través del telégrafo a sus representantes en el interior del país (prefectos, sub-prefectos), sobre cómo actuar frente a situaciones que podían poner en riesgo la seguridad pública o la continuidad de los propios gobiernos debido a actos tales como sublevaciones, “cuartelazos” y otros. Inclusive, podría decirse que la importancia de dichas autoridades políticas locales –hoy bastante venida a menos- estaba asociada a la posibilidad de administrar información a la que otras personas no tenían acceso, opción que les era permitida por el telégrafo con el que contaban en sus oficinas.

El teléfono, la radio y la televisión, son medios de comunicación posteriores y más sofisticados. El teléfono, empezó a masificarse con el inicio del siglo XX y tiene la ventaja frente al telégrafo de que permite la comunicación entre usuarios finales a través de la voz, lo que personaliza la comunicación y evita errores o distorsiones en la transmisión de mensajes. La radio, extendida a partir de la década de 1920, masificó la transmisión de la voz y permitió que ésta ingrese a todos los hogares en la medida en que se cuente con un radiorreceptor, contribuyendo, a través de emisiones de ondas eléctricas que viajan por la atmósfera, a integrar países y continentes y a generar solidaridad. La televisión, por su parte, empezó a masificarse después de la II Guerra Mundial y se manifestó como un medio óptimo de comunicación en tanto que impacta dos sentidos, la visión además del oído, con lo cual su eficiencia se vió incrementada respecto a los otros medios de comunicación de masas. Todos ellos representaron, en su momento, hitos importantes de las comunicaciones, en la medida en que permitieron llevar información y solidaridad a todos los rincones del planeta, pero quedaron pronto superados con los desarrollos de décadas recientes como veremos a continuación.

Pero el súmum de las comunicaciones, está dado actualmente por la telefonía móvil o telefonía celular. que es un medio de telecomunicación, más concretamente de radiocomunicación. Este medio de comunicación se generalizó a finales de los años noventa del siglo pasado y gracias a la tecnología asociada se ha beneficiado de las mejoras en los componentes electrónicos, llevando no sólo a su miniaturización, sino permitiendo a los teléfonos celulares adquirir funciones antes reservadas a las computadoras al punto que un smartphone, en la actualidad, permite desarrollar una serie de   aplicaciones que están empezando a dejar en segundo plano el uso del correo electrónico, gracias al whatsapp, una aplicación de mensajería instantánea para teléfonos inteligentes (también cuenta con versiones para computadora). La aplicación permite enviar y recibir mensajes mediante internet, además de imágenes, videos, audios, grabaciones de audio (notas de voz), documentos, ubicaciones, contactos, gifs, stickers, así como llamadas y videollamadas con varios participantes a la vez, entre otras funciones.

En cuanto a la informática, su desarrollo tiene antecedentes remotos en la década de 1940, durante la II Guerra Mundial, cuando científicos americanos trataban de encontrar alternativas para almacenar y procesar información con mayor eficiencia y rapidez que los métodos convencionales que se manejaban en aquella época.

Los progresos en pocas décadas han sido tan sorprendentes que estamos asistiendo a la Tercera Revolución, la del “chip”, aquel componente de la computadora que permite almacenar muchísima información en un mínimo espacio (siendo que la Primera Revolución fue la de la agricultura, que mediante la introducción de nuevos cultivos, el uso de fertilizantes y la ampliación de la escala geográfica de las unidades de producción empezó a transformar los campos europeos a partir del siglo XVII; la Segunda Revolución, fue la Industrial, que desde fines del siglo XVIII reemplazó el trabajo manual -el del artesano- en la producción de bienes por  el trabajo de la máquina).

 Vinculada a los sistemas más avanzados de telecomunicaciones, la informática ha hecho posible el desarrollo de la telemática, es decir, el empleo de estaciones transmisoras-receptoras satelitales, en órbita geoestacionaria, que integradas en tierra con redes de fibra óptica, actualmente permiten enviar y recepcionar información en cualquier momento, a cualquier lugar del planeta y en cantidades casi ilimitadas.

Un ejemplo de ello es la red planetaria de comunicaciones conocida como internet. Hasta 1998, la capacidad de transmisión de Internet era de 45 megabites/segundo (45 millones de bites), equivalente, aproximadamente, a 3,000 páginas de texto por segundo. Con una inversión de 2,000 millones de dólares que reunió el esfuerzo de universidades, gobierno de los Estados Unidos y grandes empresas, esa capacidad de transmisión de información fue  ampliada a partir de ese año a 3 gigabites/segundo (tres mil millones de bites), equivalente a 230,000 páginas de texto por segundo: toda la Enciclopedia Británica[2], aunque es esta Enciclopedia precisamente, la que ha “sufrido” los progresos de esta revolución tecnológica: ya no se edita impresa en papel. Más recientemente se estima que la capacidad mundial para almacenar información ha alcanzado los 5 zettabytes en 2014[3],​ el equivalente informativo de 4,500 pilas de libros impresos desde la tierra hasta el sol.

Con respecto al número de usuarios, si bien en los países en vías de desarrollo el uso de la internet por la población es todavía medio, en los países de economía desarrollada se alcanzan niveles de acceso y de uso muy importantes. Por ejemplo, el año 2002, en Australia el 26% de la población tenía conexión a internet, en Alemania 31 %, en Holanda 43%, en Suiza 47%,  en Noruega 49%,  en Reino Unido 55% y en Estados Unidos 61%. Para el año 2021, para esos mismos países y en el mismo orden, los porcentajes pasaron a 97%, 90%, 93%, 97%, 95%, y 94%[4].

Otro ejemplo, es el increíble desarrollo de la velocidad de las comunicaciones a través del cable, pero no de cobre como en el pasado, sino el de fibra óptica, de los cuales en 2002, se completó una red intercontinental de 250,000 km de cable de comunicaciones submarino con una capacidad de 2,56 Tb/s, y aunque las capacidades específicas de la red son información privilegiada, los informes de inversión en telecomunicaciones indican que la capacidad de la red ha aumentado dramáticamente desde 2004. En 2020, se han desplegado más de 5 mil millones de kilómetros de cable de fibra óptica en todo el mundo además de que la introducción de amplificadores ópticos ha hecho que la capacidad del sistema se duplique cada seis meses desde 1992 hasta alcanzar una velocidad de bits de 10 Tb/s en 2001. En 2006, se alcanzó una velocidad de bits de 14 Tb/s en una línea de 160 km utilizando amplificadores ópticos[5]. En 2021,  científicos japoneses transmitieron 319 terabits por segundo a lo largo de 3,000 kilómetros con cables de fibra de cuatro núcleos con un diámetro de cable estándar[6].

 Consecuencias

Estos impresionantes progresos en el mundo de las telecomunicaciones, .ás precisamente de la telemática, permiten rescatar algunas conclusiones de gran relevancia para la Geografía:

 Actualmente existe una verdadera “superautopista” de la información. Dicha autopista ha sido construida para que circulen por ella determinados vehículos: esos vehículos no son otra cosa que información y conocimientos, de manera que ahora, más que nunca en toda la historia de la humanidad, existe un enorme estímulo para generar e intercambiar información y conocimientos.

En consecuencia, la competencia en el mundo contemporáneo se da en torno al conocimiento: quién genera más información y conocimiento al más bajo precio. Esa es una de las claves de la competitividad de personas, empresas y países, actualmente y en el futuro previsible.

La revolución de la informática tiene un claro impacto geográfico. En vez de concentrar a la población y a la actividad económica, más bien favorece su dispersión en el espacio geográfico a la vez que la sensación de encontrarse más cerca, lo que asociado al progreso tecnológico en la materia favorece la multiplicación de las “redes sociales”. No importa dónde esté localizada la persona, institución o empresa: si tiene un computador a la mano conectado a internet o un teléfono inteligente (smartphone), su ubicación se vuelve irrelevante en función de la mayoría de los procesos que necesita desarrollar. De alguna manera el tipo de organización del espacio de la sociedad post-industrial refleja ese nuevo equilibrio impuesto por la tecnología de la información: espacios urbanos abiertos, grandes empresas ubicadas lejos de los antiguos centros comerciales e industriales congestionados y contaminados, sistemas de transporte interurbano rápidos y eficientes que vinculan áreas de producción de bienes y servicios con puertos, aeropuertos y mercados, estructurando redes de transportes, comunicaciones y servicios especializados, de alta densidad (clusters)[7]. Definitivamente, estamos encaminados hacia la integración planetaria, hacia un mundo en el que las distancias constituyen un factor de estímulo a la cohesión global antes que al aislamiento como en el pasado.

A diferencia de los temores que originaba la informática en los momentos iniciales de su desarrollo, en el sentido de que la computadora podía apoderarse del conocimiento universal (temores expuestos, por ejemplo, por el británico George Orwell en su clásica obra “1984”, escrita en 1948), ha ocurrido precisamente todo lo contrario: con la informática y la telemática, la información, el conocimiento, se masifica, se universaliza. En esa medida, puede preverse que las estructuras jerárquicas del poder y el sentido mismo de la libertad, evolucionarán hacia un nuevo concepto: tendrá más poder aquél que genere y utilice más información y conocimientos.

3.    La biotecnología.

El término biotecnología alude a toda aplicación tecnológica que utiliza sistemas biológicos u organismos vivos para la creación o modificación de productos o procesos destinados a usos específicos.

Al margen de sus aplicaciones médicas, hay muchos desarrollos de la biotecnología que resultan de particular interés para la Geografía, sobre todo en lo que hace a sus posibles impactos negativos sobre los recursos genéticos propios de nuestro país, representados por plantas en estado natural y cultígenos que han prosperado en territorio peruano como resultado de una asociación de determinadas condiciones naturales y de la investigación y el trabajo creativo de nuestras culturas superiores prehispánicas. Estamos refiriéndonos a la agricultura basada en organismos modificados mediante ingeniería genética: los transgénicos.

 La moderna biotecnología  está logrando desarrollar, por ejemplo, semillas autofertilizantes, que sintetizan los nutrientes necesarios para las etapas de crecimiento y producción de la planta. Asimismo, la biotecnología es empleada en la lucha contra las plagas que atacan a los cultivos. Como ejemplo, en los Estados Unidos el uso de cultivos transgénicos que contienen genes de resistencia a los insectos, ha permitido reducir el uso de plaguicidas, ahorrando miles de toneladas de insecticidas químicos en el cultivo del algodón.   

En otra dimensión, complementaria a la anterior, equipos de biotecnólogos en países desarrollados están logrando sucesivos  progresos en la eliminación de restricciones para la agricultura vinculadas a los recursos agrícolas (suelo, agua) o al clima. De este modo, no está lejano el día en que muchos cultivos puedan desarrollarse, indistintamente, en suelos ácidos o alcalinos, en medios áridos o perhúmedos, y bajo temperaturas tropicales o propias de climas templados y aun fríos.  Como ejemplo, se puede mencionar que ya se logró identificar, clonar y transferir a otras plantas un gen de tolerancia a la sal, proveniente del mangle negro, asimismo determinado gen de escherichia coli  ha permitido obtener plantas de maíz resistentes a la sal [8].

Consecuencias

Frente a la realidad que describimos líneas arriba, a la que la biotecnología nos viene aproximando rápidamente, puede vislumbrarse el siguiente escenario:

Es muy probable que el papel e importancia estratégica de algunos factores climáticos y recursos naturales vinculados a la actividad agrícola (suelo, agua, pero también temperatura, altitud, latitud) que constituyeron durante siglos y hasta milenios limitantes insuperables para extender el desarrollo de ciertas plantas o cultivos agrícolas más allá de sus zonas de origen, en el futuro sea cada vez menor.

Si ello ocurre así, en algún momento ya no existirán especies vegetales, e incluso animales, identificables como patrimonio de una zona climática, una zona edáfica (suelos) y menos de un país.

La legislación internacional que han propiciado los países desarrollados sobre estos temas es una que favorece el reconocimiento de los derechos de propiedad de quienes, sobre la base de la investigación y experimentación en el campo de la biotecnología, producen estos nuevos germoplasmas o cultígenos, a la vez que deja en el desamparo a los países que como el Perú poseen una amplia biodiversidad además de muchos desarrollos genéticos basados en el conocimiento tradicional [9]. Algunos intentos para superar esta situación, como la Decisión Andina 391 “Régimen Común sobre Acceso a los Recursos Genéticos”, constituye un paliativo cuya aplicación, en todo caso, no resulta obligante más que para los países que forman parte del esquema de integración del Grupo Andino: Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú.

4.    La tecnología de los nuevos materiales.

La tecnología de los nuevos materiales es aquella que está permitiendo incorporar nuevos insumos a ser usados por la industria pesada, de equipo (automotriz, aviación), metalmecánica y electrónica, reemplazando el empleo de metales convencionales y aleaciones metálicas (hierro-acero, cobre, aluminio), por otros materiales tales como cerámicas, óxido de zirconio, titanio, fibra de carbono, fibra óptica, resinas sintéticas, polímeros, etc., todos ellos materiales que se obtienen de elementos por lo general abundantes en la naturaleza (minerales no metálicos), de manera que lo principal de su valor está representado por el componente tecnológico incorporado en ellos [10].

En otros casos, echamos mano a elementos minerales hace pocas décadas prácticamente desconocidos, tales como el litio cuyo uso se ha extendido en años recientes en la fabricación de baterías y en medicina, lo que lo ha hecho que este metal se vuelva cada vez más valorado al punto de llamarlo el “oro blanco” del siglo XXI. Este elemento químico está presente en objetos tan indispensables en la actualidad como los teléfonos móviles o las computadoras, pero principalmente en las baterías que almacenan electricidad y que están permitiendo el tránsito de los automotores movidos con energía producida por combustible fósil, altamente contaminante, al automóvil eléctrico. Por otra parte, el carbonato de litio es un fármaco que disminuye la intensidad y frecuencia de episodios maniacodepresivos. En otras palabras, es utilizado en el tratamiento de enfermedades como la depresión o la esquizofrenia[11].

También podemos referirnos aquí a las denominadas tierras raras que es el nombre común de 17 elementos químicos: escandio, itrio y los 15 elementos del grupo de los lantánidos (lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometio, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio). Aunque el nombre de «tierras raras» podría llevar a la conclusión de que se trata de elementos escasos en la corteza terrestre, algunos elementos como el cerio, el itrio y el neodimio son más abundantes. Se las califica de "raras" debido a que es muy poco común encontrarlos en una forma pura, aunque hay depósitos de algunos de ellos en todo el mundo, principalmente en China, que se estima posee la tercera parte de las reservas mundiales,  Australia, Brasil y Vietnam.

Estos elementos tienen aplicaciones seleccionadas. A título de ejemplo, el escandio  se utiliza para fabricar aleaciones ligeras de aluminio y para componentes aeroespaciales. El itrio es usado para producir láseres de granate de itrio y aluminio, forma la matriz de los fosforescentes de itrio y europio activados, que emiten una luz brillante y roja clara cuando son excitados por electrones, usados en la industria de televisión; también para producir camisas incandescentes, aditivos para el acero, tratamientos contra el cáncer. Y, entre otros, el samario, utilizado para fabricar imanes de tierras raras, láseres, captura neutrónica, y barras de control de reactores nucleares.

Consecuencias

Las principales consecuencias del desarrollo y la utilización de los nuevos materiales en la fabricación de diversos productos industriales, son las siguientes:

La tecnología de los nuevos materiales, junto con los desarrollos de la biotecnología, ya revisados en el punto anterior, cuestiona el criterio tan arraigado durante siglos de que la abundancia de materias primas constituyen la base de la riqueza de las naciones. En ese sentido, las ventajas competitivas rápidamente están reemplazando a las ventajas comparativas como sinónimo de condiciones óptimas para comprometer cualquier emprendimiento económico (inversiones en la industria y los servicios, grandes operaciones comerciales, etc.).

Se empieza a cuestionar la importancia estratégica de algunos recursos minero-metálicos. En ese sentido, surge la pregunta de cuán importante será mantener sin producir, y por cuánto tiempo, las reservas de yacimientos cupríferos, de hierro, de bauxita, de polimetálicos, en espera de la llegada de inversionistas que ofrezcan condiciones totalmente satisfactorias para el país dueño de dichas reservas. Frente al cambio tecnológico y la progresiva aparición de materiales sustitutos, ¿cuál es el riesgo de mantener esas reservas mineras improductivas por un tiempo prolongado?.

En cambio, los recursos energéticos orgánicos, no renovables, es decir, el combustible fósil (petróleo, carbón), sólo serán sustituidos gradualmente por otras fuentes de energía. Por ello su ritmo de explotación requiere de estrategias de largo plazo, que traten de conciliar la administración del nivel de las reservas con la disponibilidad de sustitutos y con los precios de los hidrocarburos en el mercado internacional.

Lo anterior no exime de la necesidad de seguir buscando sustitutos o fuentes energéticas alternativas, no sólo por la conveniencia de alargar el período de utilización de las reservas, sino también para disminuir los problemas que ocasiona la contaminación originada en el uso de los hidrocarburos (dióxido de carbono o CO2)  que acentúa el efecto invernadero y por tanto el calentamiento global que está en la base del complejo y dramático  proceso de cambio climático que vive el planeta.

 


Nuevos materiales: El grafeno es el material más delgado del mundo, es más fuerte que el acero y mejor conductor eléctrico que el cobre. Tomado de: https://www.eltiempo.com/vida/ciencia/nuevos-materiales-tecnologicos-y-sus-usos-207776

5.    La robótica y la inteligencia artificial.

Podríamos exonerarnos de tratar este componente de la revolución tecnológica alegando que es demasiado reciente y que escapa a nuestro adecuado conocimiento. Pero preferimos hacer un resumen del mismo encontrado en internet para entender en qué consiste, cuáles son las diferencias entre robótica e inteligencia artificial (IA), cuáles son ventajas y debilidades, de modo de tener, cuanto menos, una introducción bastante general al tema[12].

La inteligencia artificial y la robótica son áreas de las ciencias de la computación que permiten desarrollar soluciones avanzadas que buscan automatizar la ejecución de ciertos procesos informáticos, facilitando así el trabajo de los usuarios. Individualmente, la inteligencia artificial junto al machine learning es una tecnología que busca imitar la inteligencia humana a través de algoritmos que pueden “aprender” a realizar una actividad luego de ser sometidos a una serie de entrenamientos. Por ejemplo, un sistema de IA puede aprender a detectar fallas en documentos, redactar contratos, etc.

Por su parte, la robótica busca imitar las acciones que realiza un humano al momento de interactuar con un sistema informático. Por ejemplo, en una firma de abogados puede aumentar la eficacia en tareas como: creación, automatización, eliminación y búsqueda de registros, al igual que complementación de formularios y realización de informes.

La principal diferencia entre inteligencia artificial y la automatización recae en las funciones que cada software realiza, ya que la inteligencia artificial se encarga de “pensar” como un humano para revisar y encontrar problemáticas que luego notifica al usuario; mientras que la robótica es una tecnología de automatización que agilizan procesos que los humanos llevan a cabo cuando interactúan con un sistema informático.

Si bien las innovaciones tecnológicas conllevan grandes beneficios, también suelen venir acompañadas de algunos imprevistos. Por ello, es interesante señalar las ventajas y desventajas de la inteligencia artificial y la automatización, las que señalaremos brevemente en su aplicación en el campo de las gestiones legales:

- Como ventajas puede indicarse que automatizan los procesos rutinarios y repetitivos, permitiéndoles a los abogados invertir más tiempo en desarrollar tareas creativas y rentables; reducen los gastos en las operaciones que realizan los software; aumentan la eficacia al implementar inteligencia artificial y robótica en el bufete, ya que se puede trabajar más rápido e incluso por más horas a la semana; minimizan el tiempo empleado para analizar documentación, lo que facilita la creación de informes precisos y sin margen de error.

- Como desventajas pueden mencionarse básicamente dos: poseen altos costos de implementación, ya que suele ser una tarea compleja que requiere recursos, tiempo y personal capacitado en inteligencia artificial y robótica; adicionalmente, todavía existe una escasez de profesionales cualificados que implementen y desarrollen el servicio adecuadamente.

Las consecuencias de la robótica y la inteligencia artificial están lejos de ser establecidas plenamente, por lo cual no abrimos un punto específico al respecto, pero, sin duda, una de las principales será la de reemplazar el trabajo humano, incluido el trabajo intelectual. Por ejemplo, ¿qué hará un escritor cuando utilizando IA “escriba” una novela mejor de lo que pudiera hacerlo usando sus propias capacidades intelectuales?; ¿en que se empleará un técnico en electricidad de una fábrica cuando el gerente le informe que ya no lo necesita porque el tablero eléctrico que acostumbraba armar cotidianamente en adelante lo hará un robot?. Asunto para pensarlo.

 III.           LA CONCENTRACIÓN FINANCIERA Y LA TRANSNACIONALIZACIÓN DEL CAPITAL.

 1.    ¿Cómo entenderla?

 Si bien China, los Estados Unidos, Japón y Europa Occidental siguen llevando la pauta en lo que se refiere a desarrollo económico, desde hace unas tres décadas algunos países asiáticos que hasta entonces no habían superado el estadio de “sociedades tradicionales”, se han embarcado en procesos de acelerada industrialización, utilizando para ese propósito, como pilares estratégicos, la protección de los mercados internos y la puesta en práctica de agresivas políticas de comercio exterior. Ello les ha permitido alcanzar niveles de crecimiento económico sostenido del orden del 10, 12 y hasta 15 % anual, llevándolos a configurar, en conjunto, el bloque denominado de los “tigres asiáticos” o Nuevos Países Industrializados – NPI (Taiwán, Corea del Sur, Hong Kong y Singapur como los de primera generación; y, luego, Tailandia, Indonesia y Malasia, conformando los de la segunda generación), poseedores, en la actualidad, de economías muy prósperas, con elevado nivel de demanda y grandes excedentes de capital.

¿Cómo llegaron los tigres asiáticos y, mucho antes, los países industrializados de Occidente y Japón, a ser grandes potencias industriales?. En una perspectiva histórica, debe observarse que el desarrollo industrial, al atender los crecientes mercados con productos manufacturados, cada vez de mejor calidad y a precios más bajos, requería rápidamente de mayores capitales. Aquello propició la concentración financiera y, en búsqueda de ganar en competitividad a escala planetaria, la progresiva transnacionalización de las empresas. 

Ahora bien, dentro de lo criticable que puede ser la actuación de algunos grupos transnacionales (parte de la banca offshore, consorcios mineros o industriales que no respetan las regulaciones ambientales y/o sanitarias, “robo” de principios activos de plantas que no se producen en los países de origen o sede de dichos grupos, entre muchos otros) no es menos cierto que en la actualidad su poder económico es asegurado por un predominio tecnológico basado en centros de investigación para cuyos trabajos se destinan millones de dólares anualmente.

2.    Los excedentes financieros de las transnacionales

En consecuencia, poder económico como resultado de un liderazgo científico y tecnológico y de estrategias de penetración y dominio de mercados a escala mundial, ha generado para las transnacionales (informáticas, petroleras, automotrices, de banca y seguros, farmacéuticas, etc.), enormes ganancias y excedentes financieros.

A escala de economías nacionales, ello se refleja en impresionantes saldos positivos en balanza comercial para las economías de los países sede de muchos de estos grupos, o países petroleros. Así, el año 2022, el saldo en balanza comercial de China fue de 878 mil millones de USD, Noruega de 144 mil millones de la misma divisa, Australia 103 mil millones, Alemania 84 mil millones. Algunos “tigres asiáticos” muestran también los dientes: Malasia 59 mil millones, Indonesia 55 mil millones, Tailandia 50 mil millones, Singapur 40 mil millones. Por último, los países árabes petroleros, encabezados por Arabia Saudita con 222 mil millones de USD, seguido por Qatar con 59 mil millones[13].

Si a lo dicho se agrega que la balanza de pagos, resultado de agregar a la balanza comercial el impacto de los flujos de capital, es largamente excedentaria para prácticamente todos estos países y otros como Japón, Suiza e Irlanda, podrá entenderse la gran capacidad financiera de estas economías, recursos que, obviamente, se traducen en inversiones a lo largo y ancho del planeta, allí donde ofrezcan un mejor rendimiento, y que son canalizadas casi en su totalidad a través de los grupos empresariales transnacionales.

A escala de grupos transnacionales, precisamente, los ingresos obtenidos por varios de ellos superan largamente el producto nacional bruto de países como el Perú. El año 2020, por ejemplo, el monto de ventas de las 10 empresas o grupos empresariales más grandes del mundo, fue el siguiente[14]:

 

 

Empresa

País

Sector/Rubro

Monto de ventas

(miles de millones USD)

1

Amazon

Estados Unidos

Comercio electrónico y servicios de computación

469

2

Saudi Aramco

Arabia Saudita

Petróleo

400

3

Apple

Estados Unidos

Informática

378

4

Toyota

Japón

Automotriz

281

5

Berkshire Hataway

Estados Unidos

Tenedora de acciones de empresas industriales, de servicios financieros y otros

276

6

Banco Comercial e Industrial

China

Banca

208

7

China Construction Bank

China

Banca

202

8

Agricultural Bank of China

China

Banca

181

9

J.P. Morgan & Chase

Estados Unidos

Banca

124

10

Bank of America

Estados Unidos

Banca

96

 Consecuencias

Con la presencia de las empresas transnacionales, progresivamente se pierde el criterio de empresa nacional o de capital nacional. El registro de la empresa de acuerdo a la legislación societaria de cada país se vuelve sólo un requisito legal, tanto es así que, incluso, los esquemas de integración económica más avanzados aceptan el libre flujo de capitales originarios de los países conformantes de esos bloques, y establecen reglas de estímulo para captar capitales de terceros países.

Una empresa que opera en un país determinado pero que pertenece a una organización transnacional, trabaja no en función a lo que es el  interés o puede ser prioridad para ese mercado, sino en función de una estrategia global, planetaria.

El Estado-Nación y los organismos que lo representan, cada vez pierden más capacidad para asignar recursos a actividades tales como la producción y distribución de bienes y servicios. Ellos quedan encargados de establecer los marcos regulatorios para que las empresas desarrollen estas actividades, además de construir la infraestructura básica necesaria para que las empresas y sus actividades operen con eficiencia.

Las inversiones en actividades de producción de bienes y de servicios son efectuadas por los agentes económicos conforme a criterios de máxima eficiencia y productividad. Debe tenerse en cuenta que un grupo transnacional siempre tiene al lado otro que también produce u oferta la misma línea de bienes o servicios y que está tratando  de ganar segmentos del mercado mundial cada vez mayores.

Se estima que hacia fines de la segunda década del presente siglo, la economía mundial depende, en alrededor del 90 %, de unos 300 grupos transnacionales. Decididamente, el mundo está encaminado hacia una economía planetaria en donde las fronteras entre Estados progresivamente sólo se convierten en referencia para las estrategias de penetración de mercados de los grupos transnacionales.

IV.          LOS GRANDES CAMBIOS POLÍTICOS

 Los grandes cambios políticos del mundo contemporáneo no son el punto de partida de un proceso, sino, en la práctica, su principal consecuencia. En realidad, más que cambios políticos (que, obviamente, se han dado en términos de nuevos sistemas políticos que rigen la institucionalidad de muchos Estados), como geógrafos, interesa revisar los cambios geopolíticos, no en la antigua acepción de este término, contexto en el cual se analizaba el cambio y el conflicto en la relación entre Estados sobre la base de equiparar el territorio del Estado con un cuerpo vivo sujeto a fuerzas centrífugas y centrípetas, sino, más bien, en términos de las consecuencias espaciales del proceso político.

Por ejemplo, la declinación del poder de la ex Unión Soviética, hace ya algo más de tres décadas atrás, sobrevino como resultado del prolongado estancamiento de su economía: la desproporción entre el poder militar y la naturaleza subdesarrollada de su economía que no pudo sostenerse en un momento en el que la globalización, la “sociedad de la información” y de la economía planetaria, hacía evidente de que habían otras fórmulas más efectivas para generar crecimiento económico.

La revolución tecnológica en los países industrializados de Occidente, Japón, China y los “tigres asiáticos”, con los resultados que ya hemos revisado, aumentó la brecha del desarrollo. El sistema político (la “nomenclatura”) y el económico, caracterizado por la colectivización de los medios de producción, no pudo dar una respuesta eficiente frente a esos cambios y colapsó. 

Consecuencias

La primera consecuencia política (geopolítica) importante de la globalización es la desaparición de la Unión Soviética. Se desactiva la, así llamada, “amenaza comunista” y se hace evidente el fracaso de esa ideología.

   La desarticulación de los regímenes comunistas de los países de la Europa del Este: uno a uno, entre 1989 y 1990, fueron cayendo los gobiernos en Polonia, Hungría, Checoslovaquia, Rumania, Bulgaria. De alguna manera quedó evidenciado de que, en efecto, eran “Estados satélites” de la Unión Soviética.

Tales cambios políticos no hicieron sino confirmar la hegemonía mundial de los Estados Unidos. Como consecuencia de ello, en lo político vivimos actualmente en un mundo unipolar, a pesar de que recientes acuerdos entre Rusia y China tratan de construir un bloque que haga el equilibrio al bloque norteamericano y sus socios de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Sin embargo, en lo económico, financiero y tecnológico y en el marco de la globalización, se confirma un cuatripolarismo organizado de la siguiente manera: China (que en esos terrenos parece jugar su partido sola); el de Japón y el sudeste asiático, el de la Unión Europea con Alemania a la cabeza, y el de los Estados Unidos (que incluye a Canadá y progresivamente a México, a partir de la firma del tratado que instituye el NAFTA).

Aparecen en escena los BRICS+,​ anteriormente BRIC, una asociación, grupo y foro político y económico de países emergentes, integrado por  países muy poblados, con economías ascendentes, una clase media en proceso de expansión, un crecimiento superior a la media global y potenciales herederos del poderío económico limitado a los miembros del llamado "G7", (Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Canadá y la Unión Europea). ​Fue instituido en 2009 inicialmente por Brasil, Rusia, India y China, al que se sumó Sudáfrica en 2010. El nombre de la formación son las iniciales de sus Estados miembros, si bien a partir del 1 de enero de 2024 se incorporaron al grupo Egipto, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Etiopía.

Por lo demás, se modifica la importancia estratégica de muchos países y regiones, mientras que aparecen nuevos Estados y se desintegran otros (ex - repúblicas soviéticas, Yugoslavia), mediante procesos políticos y bélicos que no cesan: la guerra ruso-ucraniana, la lucha del pueblo kurdo por lograr su constitución como Estado-Nación, o el conflicto entre Israel y grupos para-militares palestinos en el Medio Oriente, entre los principales, siendo que este último tiene orígenes mucho más tempranos que se remontan a la fundación del Estado de Israel en 1948.

V.            CONSECUENCIA DE LOS GRANDES CAMBIOS PARA EL CONJUNTO DEL MUNDO.

 A modo de breve recapitulación, podemos presentar, a continuación, las grandes líneas maestras de lo que este nuevo escenario internacional representa para el mundo, en su conjunto:

1.    Revalorización de la libertad económica y consolidación de la economía de mercado.- En el contexto de los grandes cambios tecnológicos, políticos y económicos producidos en las últimas décadas, la libertad económica, la “economía de mercado”,  establece la pauta de lo que es deseable y –en buena medida- posible hacer. En ese marco de actuación, el comercio internacional es asumido por (casi) todos los países como el “motor” del desarrollo.

2.    Globalización e interdependencia.- Se afianza la conciencia de que la libertad de información, es decir, la posibilidad de acceder al conocimiento global; el acortamiento de las distancias; el auge de las ventajas competitivas; en suma, el hecho de que vivamos en una “economía planetaria” o en la “sociedad de la información”, donde todos, en principio, pueden participar en todo, crea, paralelamente, unas condiciones de interdependencia, contexto en el cual los impactos de la globalización, tanto los buenos como los negativos, más temprano que tarde tocarán las puertas de todos los habitantes del planeta.

 3.    Afianzamiento de bloques económicos y políticos.- A despecho de lo que acaba de señalarse en la conclusión anterior, tal apertura y participación de personas, grupos y países en la globalización, no se da en términos individuales. En cuanto a países, los retos de la globalización exige que ellos compitan en el escenario internacional asociados unos a otros, complementando sus fortalezas y atenuando sus debilidades, única manera de conseguir metas de crecimiento en un mundo cada día más competitivo. El ejemplo más avanzado al respecto es el de la Unión Europea, bloque de integración que ya no propugna metas económicas solamente (las que por lo demás ya has sido alcanzadas), sino políticas, incluyendo debates como el de la factibilidad de la creación de entidades políticas supranacionales. La alianza ruso-china es muy reciente como para concluir que es un bloque político-económico afianzado; por el momento más parece tener los visos de encaminarse a una alianza militar, probablemente coyuntural, que haga desistir a los Estados Unidos y la Europa de la Unión, a cercar desde Occidente, a través de la OTAN y con la incorporación a ella de Ucrania, a Rusia.

4.    Relatividad de la importancia de materias primas y mano de obra.- En esta moderna “sociedad del conocimiento”, el capital más valioso es el conocimiento aplicado; lo es también disponer de la infraestructura y equipamientos adecuados para que la información, los bienes y servicios, fluyan eficientemente, sin demoras, contratiempos y a bajos costos; en una palabra, se privilegia consolidar las ventajas competitivas, mientras que las antiguas ventajas comparativas, aquellas con que la “mano de Dios” nos había dotado (mano de obra barata, amplia dotación de materias primas) pasan, cada vez más, a un segundo plano.

5.    Conciencia ecológica.- No obstante lo señalado en los puntos anteriores, la humanidad en su conjunto es consciente de que el crecimiento económico tiene un límite y que no se podrá crecer indefinidamente a costa del agotamiento de los recursos naturales no renovables o del deterioro generalizado del ambiente ocasionado por prácticas contaminantes vinculadas a procesos de transformación industrial, al crecimiento desmesurado de la urbanización, a la escasez cada vez más marcada del agua, o al fácil consumismo. Se empieza a anhelar y a valorizar ciertas prácticas y hábitos propios de las sociedades tradicional y pre-industrial cuando la relación hombre-naturaleza era, sin duda, más equilibrada.

6.    Presiones migratorias en ascenso.- Pero la parte beneficiosa de la globalización no toca a todos. Muchos de los habitantes del Tercer Mundo o de regiones del mundo en guerra o conflicto, impactados por esa “vitrina” que los medios de comunicación de masas ponen a nuestro alcance (televisión, cine, internet), tratan de migrar a los países económicamente desarrollados para mejorar sus condiciones de vida, proceso que si en el pasado eran sumamente difíciles, en la actualidad son relativamente fáciles por la rapidez y eficiencia de los transportes, incluyendo su bajo costo relativo. La respuesta de las naciones desarrolladas para atenuar esta ofensiva originada en los países de economía subdesarrollada, viene por el lado de endurecer las condiciones de admisión de migrantes (visas de trabajo, cupos migratorios, etc.), pero el éxito de esas políticas parecen lejos de ser alcanzados.

7.    Fortalecimiento de las nacionalidades.- En tanto la libertad, en su más amplio sentido, es uno de los signos de la globalización, las nacionalidades, adormitadas en muchos lugares del mundo por siglos de opresión o de dominación colonial, empiezan a aflorar por todas partes, una vez que la globalización adquiere presencia. Todas las naciones quieren constituirse en Estados-Nación, ya sea que los Estados que las contenían se han desmembrado como resultado de los grandes cambios políticos que la globalización ha estimulado, o bien porque el reparto colonial en muchos lugares de la tierra –que luego dio paso a la creación de los modernos Estados,  como en el continente africano-, se hizo aplicando criterios que no respetaron los ámbitos de distribución geográfica de las nacionalidades pre-existentes. En otros casos el espíritu nacionalista aún no ha podido concretarse en la creación de nuevos Estados, como puede ser el caso del pueblo Kurdo, repartido en cinco Estados del Medio Oriente; o del pueblo catalán, donde aún no se ha dicho la última palabra sobre la corriente separatista de España, no obstante que la declaración independentista de Cataluña de octubre de 2017 no ha sido reconocida por ningún Estado; también en Escocia, donde el proyecto separatista del Reino Unido ya fue materia de un primer referéndum en septiembre de 2014, estando pendiente un segundo referéndum.

8.    Auge del narcotráfico y del delito internacional.- Pero así como la mayoría de los grande cambios globales, ya ocurridos o en proceso, tienen, básicamente, sesgos positivos, algunos otros se han constituido en  pasivos cada vez más grandes. El narcotráfico es una lacra que no solamente ha  acumulado enorme poder económico, sino que también amenazan con llegar a las cumbres del poder político, e incluso parece que eso ya habría  ocurrido, principalmente en algunos países de la región latinoamericana. El progreso de los transportes y las comunicaciones; la facilitación para el tránsito de personas, mercancías y medios de transporte; en suma, la movilidad geográfica creciente, funciona también un aliado para oscuras operaciones ilegales que no solamente se limitan al tráfico ilegal de drogas, sino también a la trata de personas, el contrabando, el blanqueo de dinero y otros delitos internacionales.

VI.          ALGUNAS ENSEÑANZAS Y TAREAS IMPOSTERGABLES PARA EL PERÚ

Frente a este nuevo escenario internacional, ¿cómo se ubica nuestro país?. ¿Hemos diseñado y estamos poniendo en práctica las estrategias adecuadas para no perder el tren de la historia y obtener el máximo provecho de los beneficios de la globalización así como atenuar hasta donde sea posible sus efectos nocivos?. En nuestra calidad de geógrafos, ¿cómo enfocar y abordar el manejo de algunos de los temas vinculados a metas de desarrollo nacional que siempre han sido de nuestro interés y competencia profesional?. A continuación, apenas como elementos estimulantes para un debate más amplio, esbozamos algunas propuestas.

1.    La ubicación ventajosa de nuestro territorio.- La localización del Perú, es decir, su situación y posición geográfica central en América del Sur, constituye una ventaja de la que debemos ser conscientes, aprovechándola adecuadamente. Los importantes cambios que se vienen operando en la Cuenca del Pacífico a partir de la dinámica económica promovida desde los Nuevos Países Industrializados (NPI) asiáticos, configuran una oportunidad para que el Perú se inserte activamente en los circuitos comerciales y financieros que se originan en esas nuevas metrópolis de la economía mundial. Se trata no sólo de acceder a importantes segmentos del mercado de esos países con bienes que ellos no producen, sino también actuando, a través de nuestros puertos, aeropuertos, zonas económicas especiales, y red de carreteras, hacia el interior del continente, cumpliendo el papel de un verdadero “puente” entre los mercados de la Cuenca del Pacífico y los bienes que exportan o que requieren importar los Estados vecinos e interiores de nuestro subcontinente, a la vez que se concretan los Ejes de Integración y Desarrollo (EID) ya planteados desde el lanzamiento de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA) lanzada el año 2000 para activar las vastas regiones económicamente deprimidas y despobladas del interior de América del Sur.

En un sentido amplio, el Perú podría desempeñar un papel principal en la articulación de las fachadas Atlántica y Pacífica del continente en el propósito de concretar una inserción ventajosa de las economías del área en las corrientes de comercio internacional. En ese contexto, muchos puntos en nuestras fronteras terrestres, tradicionalmente marginadas y periféricas, se activarían y deberían pasar a cumplir un dinámico papel de “espacios-encrucijada”. En ese sentido, se extraña la carencia, no de una política internacional explícita, sino de una estrategia geopolítica (no militar)  de inserción y proyección de nuestro país en el concierto regional y global.

2.    Conciencia de la importancia de nuestra diversidad biológica.- La biodiversidad del territorio, estimulada por su posición latitudinal intertropical y su escalonamiento en pisos altitudinales, constituye otro de los recursos estratégicos de nuestro país, el que se refleja en el hecho de  poseer más del 80 % de las zonas de vida natural del planeta. En ese sentido, la posibilidad de ofertar a los mercados de los países con economías prósperas productos de origen agrícola y pecuario que aprovechen convenientemente esta ventaja, es una cuestión que pareciendo tan obvia, requiere, sin embargo, de una adecuada toma de conciencia en los niveles político, económico y social, para dar paso a las definiciones políticas y las iniciativas económicas encaminadas a aprovecharla adecuadamente.

3.    Detener el deterioro ambiental que vulnera nuestra biodiversidad, la cantidad y calidad de nuestros recursos naturales y la calidad de vida de los peruanos.- El deterioro ambiental en el Perú se ha incrementado en años recientes a un ritmo impresionante. No sólo se trata de detener la deforestación respecto de la cual, al 2023, ya hemos superado largamente las 200,000 hectáreas; la minería ilegal; la práctica de la agricultura en suelos que no tienen aptitud agrícola; el derroche y mal uso del agua que, además, es escasa en muchos lugares del territorio nacional y especialmente en la costa desértica; las emisiones de gases contaminantes y especialmente la quema de combustibles fósiles para mover el transporte  o generar energía eléctrica; sino de generar una conciencia colectiva sobre los daños que para la vida de los peruanos implican esas prácticas a la vez que se establece la normativa que sancione severamente esos daños mientras las más altas esferas del gobierno nacional (poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial) toman la decisión de aplicar rigurosamente la ley a quienes transgreden dichas normas, disponiendo los recursos humanos, financieros, logísticos y de infraestructura necesarios para tal fin.

4.    Optimización en el uso del recurso suelo agrícola, escaso y mal distribuido.- Con una extensión de menos de cinco millones de hectáreas de suelos aptos para la práctica de la agricultura en limpio, el Perú es un país que presenta una de las situaciones más críticas, no sólo a escala latinoamericana sino mundial, respecto a la disponibilidad de recursos agrícolas. Sin embargo, esa desventaja puede y debe ser compensada con el aprovechamiento de la biodiversidad de nuestro territorio a la que se hizo alusión en el punto anterior, focalizando tres grandes objetivos:

 

-          Primero, garantizar la seguridad alimentaria de la población. El Perú no puede darse el lujo de dilapidar anualmente miles de millones de dólares, (6,678 millones de USD el año 2022[15]), para importar alimentos (lácteos, aceites, cereales, productos cárnicos) y otros insumos agropecuarios que se pueden producir localmente o que pueden ser sustituidos, con ventajas, por productos nacionales. Hay que tener en cuenta, adicionalmente, que una de las peores dependencias que puede arrastrar un país es la dependencia alimentaria, situación que incrementa su vulnerabilidad en un sentido integral.

-          Segundo, rescatar e incorporar a la oferta exportable la gran variedad de tubérculos, frutos, cereales y otros productos agropecuarios que son creaciones culturales de nuestros antepasados, resultado de una paciente labor de selección y domesticación de especies vegetales y animales, que durante milenios formaron parte de la dieta alimenticia del poblador nativo, y que lamentablemente hoy aparecen casi abandonados. Hay que tener en cuenta que los consumidores de los mercados desarrollados se tornan cada vez más sofisticados en sus hábitos de consumo y están en búsqueda permanente de productos novedosos, de gran calidad, que satisfagan sus expectativas de consumo sustentadas en la disponibilidad de altos ingresos. Algunos avances se han logrado en este terreno pero, sin duda, hay mucho más por hacer.

-          Y, tercero, ganar presencia en los mercados del hemisferio norte con productos agrícolas de exportación con los que el país ya tiene cierta experiencia, tales como espárrago, frutos tropicales (piña, mango, frutos amazónicos), varios de ellos con mercados ya ganados, pero que exigen siempre productos de alta calidad estandarizada, los mismos que por razones climáticas pueden llegar en mayor cantidad a esos mercados en los momentos en que no se dispone de oferta procedente de los países productores del hemisferio norte. En función de sus limitados recursos agrícolas, particularmente el recurso suelo, creemos que el Perú nunca va ser un exportador masivo de productos agrícolas de una determinada especie[16], pero en cambio sí puede ser un gran oferente de una amplísima gama de productos de alta calidad, para nichos de mercado sofisticados,  en unos volúmenes, en esencia, limitados.

 

5.    Recursos hídricos abundantes pero mal distribuidos, espacial y temporalmente.-       En el territorio del Perú, la disponibilidad de agua anual ha sido estimada por la Autoridad Nacional del Agua en 1’768,172 Hm3  . De ese volumen, el 97.27 % se produce en la región hidrográfica o vertiente amazónica (es decir, en los ríos, lagos y glaciares que –naciendo muchos de ellos en los puntos culminantes del relieve andino-  hacen parte y aportan sus aguas a la gran cuenca amazónica); el 2.18 % en la vertiente del Pacífico, comprendiendo a todos los ríos de la costa; y el 0.56 % en la cuenca del Titicaca[17] . Con ello queda evidenciada la brecha espacial que existe en la distribución de los recursos hídricos en el territorio del país. La brecha temporal, por su parte, se hace evidente al revisar el régimen hídrico (caudal medio mensual) de los principales ríos del país, lo que permite comprobar que ellos llevan abundante agua en el período de lluvias que coincide con la estación de verano del hemisferio sur, entre los meses de diciembre a abril, pero fuera de ese período su caudal es mínimo, excepción hecha de aquellos ríos que se alimentan en parte importante con el deshielo de los glaciares (como el río Santa, por ejemplo, que recibe durante los meses de invierno el aporte de agua de los nevados de la Cordillera Blanca).

    En consecuencia el gran reto para el país es cómo retener el agua que llega en abundancia sólo por unos cinco meses al año, de modo de poderla utilizar, principalmente para usos consuntivos como la agricultura y la demanda de las ciudades. Una manera es construir las grandes irrigaciones en la costa, pero, en el fondo se trata de una fórmula  costosa, una respuesta a una costumbre irresponsable que hemos tenido los peruanos de poblar la costa justamente en los valles que forman los ríos antes de desaguar en el Océano Pacífico, de manera que esas tierras han desaparecido en una gran proporción como resultado de la expansión urbana. En consecuencia, se trata tanto de poner límite a dicha expansión en terrenos con valor agrícola, donde puede desarrollarse dicha actividad mediante cultivos de alta productividad, en tierras en limpio, mientras que, por otro lado, se invierte en cuidar las cabeceras de cuenca, allí donde se produce el agua, mediante forestación, protección y no ocupación de sus cauces, así como evitando la contaminación de las aguas producida por  residuos tales como los deshechos de los fertilizantes, o los muy tóxicos que produce la actividad minera no controlada.

6.    Vincular la minería a objetivos de desarrollo de largo plazo.- Dada la importancia, en volumen y diversidad, de sus reservas minero-metálicas, y los millonarios ingresos para el fisco que por concepto de impuestos acarrea su explotación legal, el Perú no puede darse el lujo de dejar de  considerar a la minería como parte de una estrategia de desarrollo integral. Sin embargo, es importante que, en tanto esta actividad históricamente aporta en torno a la mitad del total de divisas del país por exportación, deje de verse a la minería sólo como  la “caja” con la que puede contar el erario nacional. Debe tenerse en cuenta que la minería es una actividad aleatoria, que ofrece productos cuyos precios los fija el mercado internacional; por lo demás, es una actividad que no propicia los deseados encadenamientos económicos en las regiones donde opera, mientras que en todas partes genera impactos ambientales negativos.

    Lo expresado debe llevar a crear las condiciones adecuadas para explotar nuestras reservas minero-metálicas a un ritmo compatible con las necesidades de desarrollo del país, pero sin perder de vista las tendencias generales de la demanda mundial la que, como ya ha sido visto, en función de los progresos de la tecnología de nuevos materiales, de manera segura  pero  gradual, irá requiriendo menos metales tradicionales como insumo para los procesos industriales. Además, es importante velar por el cumplimiento de los planes de protección ambiental que todas las empresas mineras están, por ley, obligadas a respetar, de manera de no agravar, sino por el contrario, empezar a revertir, el cuadro de contaminación y  deterioro ambiental de grandes extensiones de nuestro territorio, particularmente de los cuerpos de agua dulce (ríos y lagunas) en las mesetas y piso superior andino con consecuencias nefastas en toda la cuenca. Adicionalmente, es imprescindible erradicar la minería ilegal, aquella que destroza nuestros bosques como ha ocurrido en Madre de Dios, o que contamina cuencas lacustres endorreicas como la del Lago Titicaca, en el río Suches, en donde, además, se da el “lujo” de alterar los límites internacionales, moviendo los hitos a su antojo para lavar las arenas que contienen partículas de oro.

7.    Desarrollar el potencial energético nacional.- El desarrollo energético nacional depende, en lo sustancial,  del aprovechamiento de dos tipos de recursos: los hidrocarburos (petróleo y gas) y las caídas de agua, cuya energía cinética es la base para la producción de energía hidroeléctrica.

     En cuanto a hidrocarburos, el Perú confronta una situación deficitaria. A diferencia de países vecinos, como Ecuador, no se cuenta con un potencial de reservas de petróleo o de gas que aseguren la demanda interna por un período prolongado, menos como una opción de ingresos significativos por exportación[18]. Basta señalar, a título de ejemplo, que la producción nacional de petróleo, es de 40,000 barriles por día (bpd) el año 2022 frente a una demanda de 250,000 bpd[19] lo cual nos plantea una situación sumamente crítica respecto a este todavía estratégico recurso energético: sólo nos abastecemos con el 16 % de la demanda interna; en cuanto a gas, según Perupetro, estamos  un poquito mejor: con casi 30 trillones de pies cúbicos (TPC) tenemos reservas probadas para 22 años de consumo[20]. En consecuencia, entre las pocas opciones que nos quedan en esta materia, están la de tratar de fomentar el empleo de otras fuentes de  energía, de manera de no incrementar la dependencia de nuestro país respecto de hidrocarburos importados, rubro que cada año pesa más dentro de nuestra balanza comercial. Es importante también mantener una política adecuada que estimule las inversiones en exploración petrolera y gasífera en tanto todas las áreas con posible filiación aún no han sido evaluadas. Por último, es necesario tratar de vincular la producción de hidrocarburos con el desarrollo de las regiones donde se ubica el recurso, de modo de no utilizar un recurso natural agotable al margen de las perspectivas de beneficio para dichas regiones, por lo general, social y económicamente muy deprimidas.

    En materia de desarrollos eléctricos, es imperativo ejecutar todos los proyectos indispensables para garantizar que la energía eléctrica llegue a precios razonables a todos los hogares y empresas del país. En ese sentido, se trata no sólo de construir todas las centrales hidroeléctricas que sean necesarias, proyectos, que por lo demás, requieren de altas inversiones, sino también mantener el sistema interconectado nacional, que permita la utilización de la capacidad eléctrica instalada del país, en condiciones equilibradas en términos de oportunidad del suministro y de las tarifas que se establezcan en todos los rincones del país. 

8.    Mejor y mayor aprovechamiento de nuestros recursos pesqueros.- Hace cinco décadas que el Perú incorporó a la pesquería como uno de los rubros principales de su economía y particularmente de sus exportaciones. Sin embargo, en el pasado el manejo del recurso ha sido totalmente irracional, tanto que, a inicios de la década de 1970, por ejemplo, ello determinó la casi extinción de la anchoveta, especie básica para la fabricación de la harina y aceite de pescado, de la que éramos el primer productor mundial y la convertía en nuestro principal  producto de exportación.

    Por ello, una adecuada estrategia para el desarrollo de nuestra pesquería, deberá considerar la explotación e industrialización de los recursos, dentro de límites permisibles, sin afectar irreversiblemente el nivel de la biomasa. Por otra parte, será importante diversificar la producción, de manera de no ofertar solamente productos con relativo bajo valor agregado y en donde los índices de conversión son bajos (caso de la harina de pescado), sino productos finales con mayor valor, tales como pescado seco-salado, fileteado y congelado, y conserva, considerando la industrialización de especies que como el jurel y la caballa, pueden tener  una buena acogida en el mercado internacional.

9.    Desarrollo del gran potencial forestal.- El 57 % del territorio nacional está cubierto por bosques, principalmente en la región de la amazonía, dato que por sí solo debería llevarnos a prestar la mayor atención a este recurso en términos de valorar adecuadamente su contribución al desarrollo nacional. Sin embargo, en el pasado no ha sido así. La explotación de nuestros bosques se ha realizado tradicionalmente en el marco de emprendimientos especulativos de capitalistas cuyo único objetivo es obtener el mayor beneficio económico en el menor tiempo posible, sin importarles los graves impactos ambientales y sociales.

    A pesar de la gran depredación del recurso forestal, pasada y presente, sobre todo en regiones como la selva central en el pasadop pero actualmente propagándose a toda la amazonía, el Perú tiene el suficiente potencial como para, en base a un adecuado manejo del recurso, y de concesiones sujetas a estrictos programas de manejo forestal, que incluyan la reforestación, convertirse en uno de los grandes exportadores de madera y productos de la madera a escala mundial. Debe tenerse en cuenta que nuestros bosques, a diferencia de los bosques de las regiones de latitudes templadas, son mucho más ricos en variedad de especies, pero también que las diferentes condiciones climáticas y de los suelos tropicales, plantea la necesidad de aplicar técnicas diferenciadas de manejo. Cuando ellas se cumplan, sobre la base del otorgamiento de valor agregado a la madera extraída, en un futuro el recurso forestal puede convertirse en uno de los pilares de la economía nacional, apoyado en la demanda creciente de productos intermedios de madera en los mercados de los países desarrollados.

10.  La contribución de la ganadería.- Comparado con otros países del área latinoamericana, el Perú aparece a la saga en cuanto a desarrollo ganadero. En parte, ello se debe al innegable hecho de que no tenemos las mejores condiciones para el desarrollo de una ganadería del tipo del que tiene, por ejemplo, Argentina, en la región de la pampa húmeda, con pastos de calidad y condiciones climáticas óptimas para el ganado bovino lechero y de carne. Sin embargo, debemos promover un mejor aprovechamiento de los más de 15 millones de hectáreas de suelos cubiertos de pastizales con que cuenta el país, 95 % de los cuales se encuentran en la región andina, principalmente en el piso puna.

     La ganadería nacional, ovina, bovina y de camélidos, debe realizar un doble  esfuerzo. Por un lado, lograr el mejoramiento genético del ganado, que permita contar con variedades más resistentes a las enfermedades, a las duras condiciones climáticas de las punas y altiplanos, y que ofrezcan un mayor rendimiento; y, por otro, introducir pasturas cultivadas, de mayor aceptación por el ganado, que contribuyan a evitar la erosión a la vez que aportan mayores nutrientes para su alimentación. En el marco de estos lineamientos, es posible que nuestro país logre revertir progresivamente su actual condición de neto importador de productos de la ganadería (carne, lácteos).

11.  Ocupación racional del territorio.- Es indispensable propiciar una ocupación más racional de nuestro territorio. La naturaleza siempre ha impuesto grandes retos al poblador peruano: topografía accidentada, escasez de suelo agrícola, mala distribución del recurso agua, fenómenos naturales frecuentes (sismos, huaycos, inundaciones, etc.), no obstante lo cual, manejamos unos patrones de ocupación del territorio absurdos, irracionales, que evidencian lo poco que valoramos la relación hombre-territorio, vale decir, el espacio geográfico. Ahora que la tecnología que aportan los sistemas de información geográfica están al alcance de todos, haciendo posible identificar para cada sector del territorio una vocación o una posibilidad de ocupación humana y productiva, es indispensable desarrollar un gran esfuerzo, del país en su conjunto, para que cada región, departamento y municipio, cuente con un plan de ordenamiento territorial, que permita comprometer el desarrollo futuro en seguridad, hacer menos gravosos los costos de ese desarrollo para todos (gobierno, empresas, familias), así como evitar e incluso revertir los enormes deterioros ambientales que por falta de la aplicación de planes de ordenamiento territorial, ya están presentes en muchos lugares del país.

12.  Fortalecer la infraestructura y redes de transportes.- En estos tiempos de eclosión de las expectativas sociales y de globalización económica, el Perú necesita comprometer un gran esfuerzo por articular adecuadamente su territorio, en el propósito de conectar en “tiempos económicos” las áreas de producción con los mercados, las ciudades entre ellas, y las regiones entre sí, en un esfuerzo por afirmar su cohesión y complementariedad. No es admisible que habiendo ingresado al siglo XXI, todavía tengamos vastas regiones del país virtualmente aisladas en materia de transportes, inclusive en lo que respecta al transporte por carretera, incluyendo la capital de nuestra amazonía, la ciudad de Iquitos, con más de medio millón de habitantes, catalogada internacionalmente como la ciudad más grande del mundo sin acceso por carretera.

   En cuanto a infraestructura de carreteras, lo anterior debe llevar a desplegar un enorme esfuerzo de inversión para completar la articulación vial longitudinal por el piedemonte oriental (la Carretera Marginal de la Selva), así como construir tantos ejes transversales como sean necesarios, habilitando corredores de desarrollo económico que constituyen la base para llevar opciones de progreso a muchas regiones del interior del país. En materia de infraestructura portuaria y aeroportuaria, del mismo modo, es necesario priorizar y ejecutar, con sentido estratégico, aquellas obras que tengan un efecto multiplicador y constituyan una respuesta a las nuevas condiciones que exige un transporte competitivo a escala internacional; de lo contrario, nuestros puertos y aeropuertos cumplirán una función subsidiaria, para operaciones solamente de “cabotaje”, dentro de las operaciones de transporte de gran volumen y planificadas a escala  continental y planetario. Menos mal que la construcción del nuevo puerto de Chancay, a inaugurarse en su primera etapa en noviembre de 2024, capaz de mover un millón de contenedores en dicha etapa inicial; así como la conclusión en diciembre de 2024 del nuevo aeropuerto internacional Lima-Callao, que podrá movilizar, en la etapa más avanzada del proyecto, 40 millones de pasajeros/año, además de contener una ciudad-aeropuerto, indica un cambio de óptica que es necesario consolidarla con la construcción de más infraestructura de transporte: completar la longitudinal de la sierra; construir el tren de cercanías que empiece por vincular la cadena de ciudades y áreas productivas de la costa central, entre ellas y con los puertos, principalmente.

13.  Sistemas de comunicaciones  que garanticen la conectividad en todo el país.-     No es posible que después de haber pasado revista, en la primera parte de este texto, a la revolución de las comunicaciones, todavía mantengamos un significativo atraso en materia de conectividad. Hay vastas regiones en los altos Andes pero principal ente en la amazonía, que no tienen telefonía ni internet y que , para comunicarse con el resto del país, tienen que hacer uso de los sistemas con que sí cuentan los países fronterizos. Así ¿cómo vamos a integrarnos como país y menos hacer parte de la integración global?. ¿Cómo poner en contacto al productor (agrícola, pecuario, al artesano) interesado y capaz de exportar sus productos a mercados selectos con los potenciales compradores?. ¿Cómo lograr avances a través de la educación virtual cuando un niño tiene que caminar kilómetros y escalar una montaña en la sierra para coger la señal que permita conectarse con la clase que dicta el maestro desde un lugar central?. ¿Cómo atender con premura las situaciones críticas que originan desastres naturales o grandes accidentes?.  La comunicación integral es un asunto fundamental para la integración y el progreso del país y el retraso que tenemos en la materia no admite disculpa.                                  

14.  Consolidar un sistema urbano equilibrado.- El Perú es uno de los países más centralistas de la región latinoamericana. Ello se refleja en la configuración de su sistema urbano, caracterizado por una “macrocefalia”, representada por Lima Metropolitana, y por una inadecuada jerarquización de la red urbana: la segunda ciudad del país, Arequipa, es, en tamaño demográfico, diez veces menor que Lima. Además, no estamos adecuadamente representados en el sistema mundial de ciudades lo que es indicativo de que nuestras ciudades, incluso Lima, la capital del país, no cuenta con la cantidad y calidad de servicios que puedan equipararla no con las ciudades líderes mundiales, sino, incluso, con buena parte de las otras capitales latinoamericanas.

    La situación existente plantea un grave obstáculo al desarrollo nacional, regional y en general del interior del país. En la medida en que no exista una mínima racionalidad del sistema urbano, en tanto no contemos con algunas metrópolis regionales con servicios diversificados y adecuadamente distribuidas en el territorio nacional, las posibilidades de consolidar iniciativas de desarrollo en el interior del país confrontarán una aguda carencia, ya que las ciudades, en cualquier lugar del mundo, no sólo son grandes concentraciones demográficas, sino también centros de actividades industriales y de servicios, grandes demandantes de productos que ofertan las áreas rurales de su entorno, y, principalmente, generadoras de iniciativas que a través de los sistemas de transportes y comunicaciones se irradian hacia un espacio interior que constituye “su región” o su área de influencia (hinterland).

15.  Concretar la regionalización y el funcionamiento de verdaderos gobiernos regionales.- Este constituye el gran reclamo y la reivindicación mayor del interior del país. Históricamente, el Perú ha promovido y fortalecido un esquema de desarrollo centralista, que se refleja en las grandes diferencias de desarrollo entre Lima, y en general la región costera central, frente al resto del país. Fuera de Lima, los indicadores sociales y económicos son desastrosos y nos sitúan a nivel de los países más pobres del planeta, problemática que ha sido agudizada en años recientes por decisiones políticas que, adrede, reforzaron estas tendencias, así como por algunos efectos de la globalización (por ejemplo, la concentración del mercado de consumidores y de servicios en Lima Metropolitana, estimula que la actividad económica y financiera también se concentre allí, volviéndose “innecesario”, en la lógica de muchas empresas bancarias e industriales, instalarse o seguir funcionando en provincias).

  En consecuencia, la consolidación del actual proceso de descentralización en la toma de decisiones políticas y económicas, aparece como un imperativo para la construcción de un país desarrollado, más justo y equilibrado, proceso que sin duda será largo y costoso, considerando la grave situación que caracteriza el punto de partida.

16.  Apoyar la consolidación de los esquemas de integración en la región .- Si una estrategia válida para enfrentar a la globalización es la conformación de bloques económicos y políticos entre países, entonces la integración del Perú con los países vecinos con los cuales comparte vínculos  geográficos, históricos, sociales y culturales ancestrales, resulta una necesidad impostergable. Ese es el sentido y perspectiva final de un esquema de integración como la Comunidad Andina al que, lamentablemente, la clase política nacional no le presta la adecuada prioridad, asumiendo implícitamente que sólo se reduce a negociaciones para la construcción de una zona de libre comercio, aspecto que apenas es el primer y más elemental objetivo de la integración andina y que no traduce una conciencia de la proyección y alcances de este proceso vital para lograr una participación más importante del Perú y del conjunto de países andinos dentro del escenario internacional en la perspectiva de alcanzar metas de desarrollo.



[1] La expresión, cada vez más usual, de “tiempo real”, indica que ese tiempo de recorrido actualmente tiende a ser cero.

[2] Mayor información sobre el desarrollo actual de la internet se puede encontrar en PC WORLD Latin America (www.pcwla.com).

[3] Gillings, Michael R.; Hilbert, Martin; Kemp, Darrell J. (2016). «Información en la Biosfera: Mundos biológico y digital»

[4] Agencia Central de Inteligencia (2022). «Field Listing - Internet Users»

[5]News release. "14 Tbit/s over a single optical fiber: successful demonstration of world's largest capacity".. Setiembre de 2006.

[6] Starr, Michelle. "With 319 Tb/s, Japan Absolutely Smashes World Record For Data Transmission Speed". En: “ScienceAlert”, 16 de julio, 2021.

[7] “Los clusters son concentraciones geográficas de empresas e instituciones interconectadas, que actúan en determinado campo. Agrupan a una amplia gama de industrias y otras entidades relacionadas que son importantes para competir”, según lo define el más connotado teórico sobre el tema, Michael PORTER (ver, por ejemplo, www.bapro.com.ar/banco/ccgestio.htm).

[8] Mayor información sobre la aplicación de la biotecnología en la agricultura se puede encontrar en los informes de la FAO “El Estado Mundial de la Agricultura y la Alimentación” dedicados cada año a exponer las investigaciones sobre distintos temas vinculados a la alimentación. El informe de 2019, al que hemos tenido acceso, está dedicado, por ejemplo, a los  progresos en la lucha contra la pérdida y el desperdicio de alimentos. (www.fao.org).

[9] Respecto a la amplia oferta de productos agrícolas originarios de los Andes tropicales, recomendamos revisar: NATIONAL RESEARCH COUNCIL. Lost crops of the Incas. National Academy Press, Washington D.C., 1989.

[10] Una antigua pero extensa y bien documentada introducción a este tema, puede ser encontrada en CANBY, Thomas. Reshaping our lives, advances materials, en: National Geographic, vol. 176, N° 6, diciembre 1989.

[11] https://www.zschimmer-schwarz.es/noticias/que-es-litio-para-que-sirve/

[12] El texto que sigue ha sido adaptado de https://blog.lemontech.com/inteligencia-artificial-y-robotica/

[13]  Examen estadístico del comercio mundial de mercancías  2022  https://www.wto.org/spanish/res_s/publications_s/wtsr_2023_s.htm

[14] https://forbes.pe/editors-pick/2022-05-20/listado-forbes-estas-son-las-10-empresas-mas-grandes-del-mundo.

[15] https://www.agrodataperu.com/importaciones-productos-agropecuarios

[16] Excepto algunos frutos que se adaptan a distintas condiciones de clima y de suelo; el arándano, por ejemplo, fruto del cual, en brevísimo lapso, ya somos el principal exportador mundial.

[17] https://www.ana.gob.pe/contenido/el-agua-en-cifras

[18] El Perú exporta el petróleo pesado que extrae de la amazonía para procesarlo en refinerías de otros países dado que no contamos con una capaz de hacerlo en el propio país.